sábado, 20 de marzo de 2010

SONETO DE AMOR

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Tal vez fuera toda extraña sonrisa,
sublimando alegre toda expresión,
con su mirada color de emoción,
penetrando en mi alma, justa y precisa.

Tal vez su boca, su voz o su risa
largos cabellos, mi gran obsesión,
sus labios rojos, promesa y pasión
por la mujer que un hombre idealiza.

O fue su ternura, que me encendió
salvaje y bravío mi corazón,
cambió mi vida, lleno de fervor,

el que fui antes para siempre murió,
la vida gaucha me ungió con perdón
al traerme en ella todo su amor.

ENFERMO DE AMOR

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Deja que apoye mis sienes
en tu pecho acogedor,
que necesito tu arrullo
para calmar mi amargor.

Pasa tu mano amorosa
sobre mi frente afiebrada,
para lograr que se aquiete
esta mi mente agitada.

Dime tu verso animoso
que tu acento musical,
logra adormecer la angustia
de mi mal espiritual.

Y si no fuera abusivo
rogarte algo más que eso,
te pediría me dieras
la ambrosía de tu beso.

Calor de pecho, caricia,
besos y voz de dulzor,
son medicina endiosada
para un enfermo de amor.

ERES MI AMOR

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Aunque yo no te nombre
estás en lo que digo,
te encuentro en todo sitio,
mas allá de la mirada
debajo de la piel, en mi sangre,
tus palabras me van marcando
un tiempo compartido,
esas cosas tan simples
que se viven de a dos,
como un abrazo, un beso
una caricia, un te amo.
Puedo acariciar tu cuerpo
con mis ojos, y en la lejanía
convertir nuestro sueño,
en la realidad deseada.
Ignoro la mirada del encuentro,
por eso te persigo hasta tu alma
y como inventando la caricia,
te digo mi vida, transformo el tiempo,
el que se detiene, en el borde de tus labios
y te adoro mas allá de las palabras.