
La tarde va encendiendo los rompientes,
se va poblando el aire de cristales
y parecen franquearse los portales
que despliegan a todos los ponientes.
Se humedece el murmullo de las fuentes
y un umbrío frescor de vegetales,
exhala urdimbres, ecos esenciales,
la comunión eterna que presientes.
Los instantes de pasión sobrepasan
sombras en areas iluminadas
viviendo la locura enamorada,
la ternura y la dulzura traspasan
nuestros cuerpos, en cosas impensadas
viviendo azules con cada alborada.
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