sábado, 23 de enero de 2010

PARA TI, AMIGA QUERIDA

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Fragancia silvestre de flor dorada
que tiendes el vuelo encadenada
a los rayos del sol,
que empolvan tus alas.
Muéstrale el alma; la que tu tienes
y dile que tu ternura,
que el sueño teje,
bebe la luz de las estrellas
y es tu energía,
la que entregas en cada verso,
sea de día, sea de noche.
Querida compañera poetisa,
la alegría invade mi corazón,
tus decires son un mágico encuentro,
una dulce visión,
con la que enciendes tu vida,
con toda tu pasión.
Vivimos por caminos encontrados
y con poemas amados,
asciende por ellos como una estrella,
mirando bien a lo alto
y desde allí verás mi amor,
el que por tí siento.
Amiga querida, hermosa mujer,
de conducta y principios admirables,
serena y vibrante,
te dejo este humilde poema,
nacido en mi sentir profundo,
junto a la pasión en tus vehemencias,
deseando lo mejor para tu vida,
todo en tu fronda
y Dios en tu esencia.

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